viernes, 8 de abril de 2011

recuerdos de una fría noche


¡Cuántas veces te llame en aquella oscura noche! ¡Cuántas veces te quise sentir a mi lado, tocar tu pálida piel como la nieve, cuántas veces te deseé en aquella helada noche!

Pero tu ya no estas aquí, te fuiste sin querer saber nada de mi.

Todavía recuerdo como me miraron tus ojos azules como océanos. Todavía recuerdo esa mirada que todo lo decía y a la que no hacia falta añadir una palabra. Aun siento lo mismo que aquella noche mientras te veía desaparecer entre las tinieblas del dolor. Tinieblas que me atraparon y aun se resisten a dejarme ir.

Cada día me siento en nuestro banco y rememoro con emoción nuestros recuerdos, con la misma emoción que una niña pequeña al abrir un regalo. No se donde estarás, ni si piensas en mi, pero ya todo da igual. Solo hay silencio. Se que nunca vas a volver, pero siempre quedara una chispa en mi corazón, una ilusión de volverte a ver. Mientras la otra parte de mi corazón, mi parte mas racional, me empuja a seguir adelante sin mirar atrás.

Y así, poco a poco, tarde a tarde, sentada en este banco, empiezo a creer que después de todo, algún día seré capaz de pensar en ti sin dolor o congoja, simplemente pensare en ti con alegría.

ARISIA