miércoles, 17 de octubre de 2012

La joven de negro

- ¡Arre! - apremió al caballo.

Este relinchó y se paro en seco y por mucho que el joven insistió, el miedo del caballo era tal que tuvo que seguir el camino andando. Se adentró en la oscura maleza, abriéndose paso con su espada. Al final llegó a un claro luminoso en el que se encontraba un lago.

- ¡Anne! ¡Anne! - gritó el joven.

De pronto se dio cuenta de la presencia de la muchacha. Se encontraba frente a un árbol con un vestido negro y una larga capa del mismo color. La capucha le tapaba parcialmente la cara. Su pelo negro lo tenia suelto y le caía ha ambos lados de los hombros. Estaba llorando.

- Anne, por fin te encuentro.- dijo acercándose a ella.
- No quiero volver - dijo entre sollozos - Me prometió que volvería, ¡ me hizo una promesa! Yo... - rompió a llorar otra vez.
- Anne - dijo abrazándola - sabes que hizo todo lo posible para volver tu lado. Debemos volver a casa, venga estas empapada.

La joven lo siguió sin oponer resistencia, pero las fiebres y el dolor de la perdida se la llevaron en pocos días. Aún se cuenta que hay noches en las que se ve a una joven de negro caminando en el bosque mientras murmura siempre el mismo nombre.
(ARISIA)