De repente se dio cuenta de que el búho ya no estaba y ahora el bosque estaba totalmente en silencio y hubiera estado oscuro, si no fuera por la luna llena que lo iluminaba, dándole un toque hermoso a aquel bosque tenebroso. Una presencia lo alerto y se puso en pie. Una joven hermosa apareció ante el. Tenia el pelo largo y negro; recogido en una media coleta que favorecía a su fino rostro. Un largo vestido blanco de tirantes, que tapaba los pies de la muchacha, embellecía su figura. Llevaba un cordón dorado a modo de cinturón. Sus ojos azul mar se clavaron en el muchacho. Este echo mano a su espada, pero no estaba, se la había dejado en la casa junto a su armadura, estaba totalmente desarmado.
- Te pareces a Mary-Anne- dijo cuando se se fijo en ella.
-¿Mary-Anne? debe ser la nueva chica que llego hace poco.
- No puede ser- dijo el chico- Mary-Anne se suicidó hace dos meses.
- Sabes tan poco hermoso caballero- le dijo la muchacha.
- Si es alguna clase de broma, no tiene gracia-dijo.
- Mary-Anne te espera.
- Te he dicho que no tiene gracia.
La muchacha le indico con la mano que mirara a su lado. Cuando giro la cabeza, vio una fuerte y brillante luz tan cegadora que le impedía ver que había detrás de ella, pero sin embargo transmitía tal calidez que no daba miedo. Se escuchaban voces lejanas de gente hablando y riendo.
- ¿Esta Mary-Anne ahi?- preguntó el muchacho sorprendido.
- Si - le contestó la chica- como te he dicho antes, ella te espera.¿vienes?- le preguntó tendiéndole la mano.
- Ya nada me ata a este lugar- le contestó él dándole la mano.
El muchacho miro con una sonrisa al hermoso bosque y a un punto brillante que se encontraba a lo lejos, el lugar que antes había sido su casa. Miro a la muchacha y juntos, agarrados de la mano, se adentraron en la cegadora luz, de donde provenían las risas y voces acogedoras.
ARISIA
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