Deje que la muchacha se deslizara lentamente entre mis brazos, hasta que cayó al suelo inerte. Me deshice de mis ropas, que se quemaron en la chimenea de la casa de la muchacha muerta. Abrí su armario y me vestí con ropas de chico, seguramente de su novio.
Aquella que había sido mi cáliz de la vida esa noche, seguía siendo hermosa después de muerta. A pesar de que estaba empapada de sangre y sus rubios cabellos estaban enmarañados, el toque pálido de la muerte sobre su piel la hacia hermosa.
He de confesar que mi beso de la muerte sobre aquella muchacha me costo más que con mis otras victimas y todo porque me recordaba a ti. Si te lo hubiera contado, te hubieras reído y habrías dicho ; ``mirate, eres un ser hermoso, frío y calculador y aun después de todos estos años sigues teniendo una parte humana.´´ Si, aun sigo sin poder soportar tu muerte, aún me siguen atormentando tus gritos cuando el amanecer bañó tu cuerpo.
Mire por ultima vez al cuerpo inerte de la chica y cerré la puerta de su apartamento, al a vez que apretaba el botón del ascensor. Sabes, no he vuelto ha hablar con ninguno de ellos, ni pienso perdonarles. Se que trasgredí las normas y que te tome demasiado joven, pero tu muerte fue demasiado dolorosa. Salí del edificio y me perdí en la oscuridad nocturna de la ciudad de Lousiana.
ARISIA
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